2. Mapas mentales

2.2. ¿Para qué sirven los mapas mentales?

Tanto en el ámbito profesional como en el académico y el social, un mapa conceptual o un mapa mental puede servir de guía visual a la hora de realizar presentaciones, de material de estudio, para organizar tareas, como elemento para la reflexión y aclarar ideas, para mostrar informes extensos, hacer campañas de prevención o publicitarias, planificar proyectos, facilitar el proceso de enseñanza-aprendizaje, etc.

El objetivo principal del mapa mental es sintetizar una unidad informativa a la mínima expresión posible, haciendo uso de la creatividad para plasmar, de una manera gráfica y dinámica, los pensamientos derivados de un tema central.

El mapa mental es una manera de tomar notas, capturar ideas, explorar conceptos, desmenuzar información, expresar aprendizaje, crear conocimiento, motivar la venta, anunciar un producto, etc. en un formato fácil de entender.

Los mapas mentales son útiles para la enseñanza, el aprendizaje y la evaluación, ya que ayudan a explicar el contenido de un tema específico, a entender y memorizar conceptos y procesos complejos. Elaborarlos implica un proceso metacognitivo de asociación de ideas que muestran al lector del mapa un panorama general y esquemático de las ideas desarrolladas, de modo que se convierte en un buen producto de evaluación.

Al buscar las aportaciones de los mapas mentales o los beneficios de utilizarlos se habla de que:

  • Es más fácil recordar una imagen gráfica que un texto lineal.
  • Permite que una idea genere otras.
  • Muestra cómo se conectan, se relacionan y se expanden las ideas.
  • Relaciona ideas nuevas con conocimientos y hechos previos.
  • Estimula la percepción visual.
  • Ayuda a la memorización.
  • Mejora el aprendizaje.
  • Mejora la toma de apuntes lineales.
  • Mejora la capacidad analítica.
  • Ayuda a organizar y recordar.
  • Ayuda a comparar y asociar información de manera rápida.
  • Aportan una visión global de un contenido.